lunes, 12 de julio de 2010

El peregrino no exige, agradece.

Ayer fue el partido. Sí. Y ganamos la Copa del Mundo. Y España está que no puede consigo misma. También. Pero para poder ver el partido, ayer paré (junto con mis dos compañeros vascos) en Zubiri, en lugar de llegar hasta Larrasoaña (el pueblo al que debíamos llegar), ya que en este último no ponían el partido (!).
Por tanto, hoy, la jornada ha sido dura, porque había que recuperar los cinco kilómetros que dejamos de hacer ayer, y además, al terminar hoy en Pamplona (que está colapsada debido a los San Fermines, hemos tenido que añadir otros tantos para llegar al siguiente pueblo, Cizur Menor.

Hecha la explicación, ¡Qué pueblos! ¡Qué Norte tenemos en España! Larrasoaña (donde hemos desayunado), Akerreta, Zurain, Irotz, Trinidad de Arre (donde está Villaba, de Indurain), Burlada y Pamplona. ¿Se puede pedir más? Puentes románicos, Iglesias de peregrinación que sea quedan a mitad de camino entre el románico y el gótico, ríos y naturaleza bruta y conservada...

Hacer el Camino es la mejor forma de conocer España. La España que comenzó la Reconquista, la que luchó por mantener las costumbres, la que mantiene orgullosa sus fueros y sus tradiciones. La España rural y liberal al mismo tiempo. Y bien me gusta.

Hablaba ayer con una catalana, que decía que el Camino la llamaba. Y tiene razón. El Camino te tiene que llamar. Te tiene que apetecer, mucho. A mi, sin duda, me está pareciendo una experiencia inolvidable, para toda la vida.

¡Ah! Por cierto, en el albergue en el que me quedo hoy, el coste es mínimo, cuatro euros (normalmente son de ocho euros para arriba), y además, tiene una cocina que puedes usar para hacerte la cena con tus amigos. Una pasada. La gente que lo lleva lo hace, de verdad, por amor al peregrino. Y ga sido aquí donde he conocido la máxima de la vía jacobea: el peregrino no exige, agradece.

Siempre me quedo con ganas de contar más, pero no quiero hacer esto eterno. ¡Mañana más!
Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Orange.

2 comentarios:

  1. Buena máxima, después hay que llevarlo a la vida cotidiana porque un peregrino lo es para toda la vida.

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  2. Cada virtud sólo necesita un hombre, pero la amistad necesita dos

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