martes, 13 de julio de 2010

Gracias Jon, gracias Aingeru.

He llegado a Puente la Reina. Atrás quedó el Pirineo (ya, definitivamente), atrás las montañas, las subidas, ¡¡las bajadas!!. Y es que, cuando éramos pequeños e íbamos con el colegio a las excursiones, nos encantaba bajar laderas, pero odiábamos subir montañas; ahora, es al revés... ¡¡vivan las subidas!! Porque, al bajar, no sólo tienes que felixionar tus rodillas más de lo normal, sino que tienes que usarlas como freno, tienes que dar pasos mucho más cortos, y tienes que hacerlo con los 17 kilos que debe de pesar mi bendita mochila.

Pero ya, todo eso, con sus más o sus menos, ha quedado atrás. Con Puente la Reina, y con su maravilloso puente, la historia cambia. Señores, ¡¡qué pueblo!! Sé que lo digo siempre, pero estas calles, estas iglesias, ¡¡este puente!!... Resulta que una Reina navarra mandó construirlo porque los peregrinos se tenían que desviar por un bosque peligroso, donde eran acechados por los bandidos. Al construirse, el pueblo recibió ese nombre, Puente la Reina (aquí son también muy vascos, y lo de los artículos a veces, no va mucho con ellos).

Pero antes de llegar, hemos pasado el bien (o mal) conocido Alto del Perdón, que no debe de ser tan famoso por su subida, sino ¡¡por su bajada!!. En cualquier caso, han sido unas vistas de película (espero no olvidarme, otra vez, de ajuntar las fotos).

Como hemos llegado bastante pronto, Jon, Aingeru (mis compañeros vascos), y yo hemos comprado una barra de pan, una lata de atún, un tomate, un chorizo... y unas cerves, y nos hemos puesto a la vera del río, a tres metros del puente, en el césped y a la sombra, a disfrutar de la vida. Después, como buenos vividores, hemos querido llevar la sobremesa en una buena terraza, con bebidas más divertidas (como ya estoy oyendo a mi padre, aviso de que éste, ha sido el primer lujo-descanso del camino).

Y como en nuestro albergue se podía cocinar, hemos comprado de todo, y Jon ha cocinado una cena de envidia (para el resto de peregrinos). Primer plato: ensaladita con gulas, cebollita frita, aguhacate y queso de cabra. Segundo plato: rissoto con gambas, setas, queso... ¡¡Qué delicia!! ¡¡Qué forma de cocinar (con apenas medios)!!

Y después (después de que medio albergue haya probado la cena), nuestra partidita de cartas de rigor. He tenido mucha suerte de encontrar a Jon y a Aingeru (Juan y Ángel, traducido al castellano). Y como ellos, todos los que forman parte del Camino. Es como una gran familia, donde ya casi nos conocemos todos, y nos contamos nuestros días, nuestras heridas, nuestras experiencias. Todo el mundo habla con todo el mundo. Todo el mundo sonríe cuando lo miras, y te ayuda cuando hace falta.

¡¡Caray!! Debe de parecer una experiencia anarco-comunista con esto que escribo...

Lo que decía, gracias al Camino, gracias a Jon, gracias a Aingur...
Enviado desde mi dispositivo BlackBerry® de Orange.

5 comentarios:

  1. Cualquier esfuerzo resulta ligero con el hábito

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  2. Edi pon alguna foto tuya y de tus compañeros
    Bss Papa

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  3. que digo yo...que puente la reina es en navarra, asi que no los llames vascos (aunque sean brutos jajaj)
    andate con ojo que en ese pueblo vive, la monja más mala y temida de la historia de mi cole (Sor Laura)si oyes gritos de fondo, y a una mujer un tanto fornida, con cierto parecido a la mala de Matilda, y comiendo chistorra... huye!!jajaajja

    por cierto menos mal que caminas, por que sino ibas a venir rodando como una bola de lo que comes jajajaja

    ah!me regalaron una mini-nevera en la rueda de prensa jajaja y no, no puede sustituir a nuestro gato, porq es electrica y enfría por si sola (como las de verdad pero mini)

    muchos besos

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  4. animo edu tu puedes!!!
    me siento orgullosa de ser partícipe de tu historia en el camino, me ha gustado mucho ver mi nombre escrito.Sois 3 spider man Jon,Aingeru y tu.
    ¡¡ Por poco dejamos a la rioja seca!!, jaja.
    Te sigo... muchos besitos. Toñi

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